Por qué el creciente interés en terapias somáticas como Focusing

Hombre joven sentado con los ojos cerrados haciendo Focusing.

Focusing

Conectar con la sabiduría de tu cuerpo

Un cambio en la forma de entender la sanación

En los últimos años, ha aumentado el interés por las terapias somáticas que incluyen al cuerpo como parte del proceso de curación. Aunque la terapia tradicional basada en la conversación puede ayudar a comprender lo que nos pasa, muchas personas descubren que, incluso cuando entienden sus problemas, su cuerpo sigue reaccionando como si estuvieran en peligro.

Este creciente interés refleja un cambio en la forma de entender el malestar emocional. La mente y el cuerpo están profundamente ligados, y para conseguir un cambio duradero, a menudo es necesario trabajar con ambos.

La ciencia del trauma y el cuerpo

Cada vez hay más estudios que demuestran que el trauma puede almacenarse en el cuerpo. La ciencia empieza a confirmar lo que muchas personas con experiencia traumática han sabido de forma intuitiva: el cuerpo puede conservar la huella de lo vivido.

Es importante recordar que el “trauma” no se refiere solo a situaciones graves o amenazantes. También puede incluir experiencias que fueron demasiado intensas o demasiado prolongadas para que el sistema nervioso pudiera procesarlas —como estrés continuo, negligencia emocional o críticas repetidas. Aunque sea menos obvio, estas experiencias también pueden influir en cómo respondemos al estrés y en cómo nos sentimos o reaccionamos cada día.

Cuando percibimos una amenaza, la amígdala —el sistema de alarma del cerebro— activa el cuerpo liberando hormonas de estrés. El corazón se acelera, los músculos se tensan, y el cuerpo se prepara para luchar, huir o quedarse paralizado. En ese estado, la corteza prefrontal (responsable del razonamiento y la reflexión) se “desconecta” temporalmente, lo que hace muy difícil usar estrategias cognitivas, como el razonamiento o el diálogo interno, para calmarnos.

Normalmente, cuando el peligro pasa, el cuerpo vuelve a la calma. Pero si la experiencia es demasiado intensa o se repite, el sistema nervioso puede no llegar a “resetearse” del todo. Esto puede dejar patrones de tensión física, desconexión emocional o reacciones que aparecen de forma repentina.

La neurociencia también muestra que el estrés intenso puede interferir en la manera en que el cerebro almacena los recuerdos. En lugar de guardarlos como una historia con principio y final, pueden quedar fragmentados: sensaciones, imágenes, olores, emociones. Cuando algo en el presente se parece a la experiencia original, el cuerpo puede reaccionar como si el trauma estuviera ocurriendo de nuevo.

¿Qué son las terapias somáticas?

Las terapias somáticas trabajan con la conexión entre la mente y el cuerpo. Consisten en prestar atención, con cuidado y sin forzar, a las sensaciones corporales y los mensajes internos, en lugar de ignorarlos o reprimirlos.

Algunos ejemplos son Focusing, Somatic Experiencing y la Psicoterapia Sensorimotriz. Estas metodologías ayudan a notar cómo el estrés o las emociones se manifiestan en el cuerpo y a responder de forma que apoya la autorregulación y la integración.

Al incluir al cuerpo en el proceso terapéutico, es posible procesar experiencias que a veces la terapia tradicional por sí sola no es capaz. Cada vez hay más investigación que respalda el papel de la conciencia corporal y la interocepción —la capacidad de sentir lo que ocurre dentro del cuerpo— en la regulación emocional y el bienestar.

Esta integración de cuerpo y mente permite no solo entender lo que nos pasa, sino también experimentar alivio y calma a nivel físico.

Focusing: una forma respetuosa de escuchar al cuerpo

Focusing es un enfoque somático que ayuda a conectar con lo que Eugene Gendlin llamó el “felt sense”, esa sensación física y sutil ligada a una situación.

En lugar de intentar eliminar o suprimir lo que sentimos, Focusing nos invita a hacer una pausa y escuchar: ¿Qué quiere decir esta presión en el pecho, este nudo en la garganta? Cuando damos espacio a lo que aparece, suele traer una perspectiva distinta. El cuerpo puede liberar lo que llevaba tiempo reteniendo, y tenemos más claro lo que realmente necesitamos.

Focusing es un proceso respetuoso. La persona elige en todo momento hasta dónde acercarse a recuerdos o sensaciones difíciles. Esto permite que el proceso sea seguro y manejable, mientras la sanación ocurre de manera natural.

De la desconexión a la confianza en uno mismo

Trabajar con el cuerpo en terapia puede transformar la relación que tenemos con nuestras emociones: pasamos del control o la evitación, a la curiosidad y la compasión. Con el tiempo, esto fortalece la confianza en nuestra propia capacidad para afrontar lo que nos ocurre.

Como dijo Eugene Gendlin:

“Cada sensación desagradable contiene energía que puede guiarnos hacia una forma de sentirnos más positiva, si le damos espacio para moverse en esa dirección.

Al aprender a escuchar el cuerpo en vez de luchar contra él, muchas personas encuentran una mayor sensación de conexión, calma y confianza en su propia sabiduría interna.

¿Te gustaría saber cómo funciona la terapia somática en la práctica? Puedes ponerte en contacto para más información o para pedir una cita.

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